Perú: 2 relatos míticos de amor

by CarlosLlosa
Peru love’s story tellings

El amor de alguna forma siempre seguirá encerrando un gran misterio, puesto que para cada persona, pueblo y época se ha interpretado y manifestado de forma diferente.

Hoy te contaremos sobre 2 historias románticas relacionadas con antiguas tradiciones del Perú. Estas son narraciones populares en las que se relatan hechos fantásticos o sobrenaturales, como si se tratara de hechos reales. Muchas de ellas son creadas por la comunidad y se van transmitiendo de padres a hijos, de generación en generación, por eso son parte de nuestra cultura y la memoria de los pueblos y habitualmente, están relacionadas con las creencias y el folclore de una región determinada.

Love's story tellings
La leyenda del nevado Huascarán y Huandoy – Ancash

Esta romántica historia se sitúa en los tiempos incaicos, cuando los cusqueños expandían sus dominios por el Callejón de Huaylas. En esta región (Ancash) se encuentran más de 20 picos nevados que superan los 6000 m.s.n.m y la montaña más alta del Perú y de la zona intertropical: el nevado Huascarán.

Cuenta la leyenda que existía una tribu laboriosa y pacífica a la un día llegó un soldado muy malherido con un encargo para el gran jefe. El herido manifestó que unos guerreros de origen cusqueño habían saqueado su pueblo sin piedad y que estos se dirigían hacia su aldea.

Luego de meditarlo, el gran jefe ordenó a sus guerreros ir en busca del caudillo de los cusqueños y exponerle una política de paz. Así fue. Días después, los soldados volvieron con Huáscar, el más reconocido guerrero de la tribu invasora.

Poco después el fornido Huáscar conoció a una hermosa joven de larga cabellera negra, ojos grandes y mirada risueña; era la hija del gran jefe llamada Huandy.

 

Como sucede en cada historia romántica, el guerrero Huascar y la doncella se enamoraron, en un amor “prohibido”. Entonces los amantes decidieron huir juntos.

Ofendido por el atrevimiento de Huascar y Huandy, el gran jefe ordenó capturarlos. Los humilló y luego los ató a troncos colocados de tal forma que puedieran verse mutuamente mientras morian. El guerrero Huascar tenía la esperanza de que su pueblo (Los Incas) arribaran y al ver lo que sucedía se pusieran de su lado. Sin embargo, al llegar el ejército cusqueño apoyo la decisión del gran jefe.

Ya sin ilusiones y presa de una gran impotencia, Huascar juró vengarse de todos ellos y así ambos amantes comenzaron a llorar de impotencia y dolor. La leyenda dice que lloraron hasta secarse completamente. De las lágrimas de la princesa Huandy se formó el lago Chinancocha, también conocido como “la laguna hembra” y de las lágrimas de Huáscar el lago Orcococha, también conocido como “la laguna macho”. Al ver tanto amor el Dios Sol envió lluvias, truenos, rayos y granizo a ambos bandos, fue tanto y por tanto tiempo que los cuerpos de los amantes se cubireron formando así el nevado Huascarán (por Huáscar) y el nevado Huandoy (por Huandy).

Se comenta entre la gente local del callejón de Huaylas que en 100 o 200 años los nevados se quedaran si nieve y Huáscar y Huandy resucitaran y se reencontrarán para vivir su amor para siempre. (Cardenas, 2020)

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La leyenda del oasis Huacachina – Ica

En medio del desierto costero del océano pacifico, en la región de Ica del Perú, se encuentra un precioso oasis de aguas color verde y a cuyo alrededor existe una abundante vegetación compuesta de palmeras, eucaliptos y huarangos, las mismas que sirven para aves migrantes que suelen pasar por esta región. Eso lo convierte en uno de los puntos turísticos más bellos y llamativos del Perú, sin embargo, su belleza también encierra un mito relacionado con el amor incondicional e infinito.

El oasis mas grande de América contiene una historia de amor muy noble y triste. Huacachina, su nombre, significa”mujer que llora” en el idioma quechua. Cuenta la leyenda que en dicha laguna nació una princesa incaica llamada Huacca China, “la que hace llorar”. La princesa se enamoró de un joven guerrero que murió poco tiempo después. Se dice que al enterarse de la tragedia la princesa fue al lugar donde se habían conocido por primera vez y mientas lloraba, miró por medio de un espejo de mano a un joven que la miraba, horrorizada e incrédula luego de que el joven intentase acercarse, comenzó a huir rasgando su vestido lo cual, según la leyenda, dio forma a las dunas que rodean dicho oasis y el espejo al romperse dió forma a la laguna.

 La princesa en la laguna se convirtió en sirena y cuenta la tradición que aparece en las noches de luna llena a lamentar la pérdida de su amado entonando canciones antiguas.

Quizá ahora cuando viajes al Perú y visites las zonas de Huaraz (Ancash) o al Oasis de Huacachina, mirarás cada detalle con otros ojos… Y tal vez por los ojos de aquellos “enamorados”.

 

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